5. Adiós muchacho...
Aquéllos mitones de piel, perfectos para conducir, eran el último regalo de la sonrisa más bonita del planeta. Silbador había conseguido al fin, en una grácil y difícil pirueta transformar uno de sus sueños en realidad. Y aunque dolía, todos los astros, las energías y las voces inventadas se disponían a ayudarlo en tan arriesgada apuesta. De nuevo volvió a sentir el dulce sabor asilvestrado de los besos en la despedida, y tras un pellizco, el corazón volvió a latir...
3 comentarios:
Qué chulos guantes. ¿Qué tal está esa tienda? La v el otro día pero no entré.
xoxo
B* a la Moda
How lovely....
El ciberespacio nos está boicoteando el blog!!!
gracias por avisar!
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