miércoles, 30 de septiembre de 2009

Retrato de una máscara. Lo que el tiempo esconde, personaje lorquiano en busca de amor.

Pilarcita Galíndez había sido de una belleza especial. Exótica y entusiasta, camina delicada, como si continuamente serpenteara entre una muchedumbre abrumada por su desparpajo.
Se fue pobre y volvió convertida en la sombra de lo que fue, un espantapájaros. Un muñeco roto excesivamente maquillado y cubierto de plumas de marabú marchitas. A todo eso había que añadir un hijo famélico sin padre reconocido, según su madre huérfano, en realidad, abandonados.
La red de mentiras era tan sólida como el bloque de apartamentos del que era portera.
Pilarcita confunde la noche con el día y no distingue lo que es verdad de lo que no lo es. Bebe a escondidas o al menos eso cree ella. Juega y bebe para olvidar. El hambre y la podredumbre le arrebataron a su niño. Se cobija en la noche y se entrega a hombres que no ven en ella más que a una vieja desquiciada que no deja de fantasear con el pasado. Está rota de amor, quebrada y sin salida.
La risa transforma su rostro en un amasijo de sufrimiento, una mueca borrosa, los surcos del esperpento.
Cae en frecuentes ensoñaciones, tiempos lejanos en Roma y París, sus ojos brillan cristalinos cuando se siente transportada, y un hilito de verdad aprieta su corazón deshecho de tanto gris y tanto negro. El invierno jamás se aleja de su interior.
El paso del tiempo pesa, y su cuerpo marcado se arrastra desorientado por los días de las semanas y las horas del reloj.
Le gusta el amarillo, y no perdona el aperitivo. Le encanta el vermú, el del desayuno, el de antes de almorzar, el de después…
Oye la radio, todos los días se acuesta en París y despierta en un camastro destartalado. Hace años que no cree en las estrellas;
Tiene un leve acento, italiano tal vez, de sus tiempos en Roma. No recuerda cuando empezó a hablar así, son pocos los que quedan que la conocieron de jovencita. Éstos se ríen de tal excentricidad.
No es una gran dama. Sorpresas de la vida. Le gustan las flores. Siempre sale perfumada a la calle, perfumada de nardos, de camelias… perfumada de penas.






Este es mi particular homenaje a todas aquellas Normas Desmond, a las mujeres que se quedaron solas y ajadas tras la guerra o a cualquiera cuya existencia se vio truncada. Un simple ejercicio por ver que hay detrás de aquellas personas en las que desconfiamos. Puro teatro…

viernes, 25 de septiembre de 2009

everything is ILUMINATED...





DECIDIDAMENTE todo está iluminado, de alguna forma las cosas navegan por buen camino. Paso a paso todo se enciende y se apaga a nuestro alrededor, como si tuviéramos en los dedos el asombroso poder de revitalizar el tiempo, las imágenes o los recuerdos... ¿será esta la manera de encontrarnos?.... y es que sin lugar a dudas everything is iluminated.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Anecdotario...


La mirada de hoy amaneció risueña, pero se tornó indecisa y melancólica por una menudencia incapaz de recordar ahora.

La cosa empeoró cuando justo en el momento de sentarse, la camarera que estaba apostada siempre a la puerta del bar, desapareció como si nada.

Esperaba helada. ahora es ahora, no son veinte, ni veinticinco, ni treinta minutos después. Estaba harta de tantos ahoras, aburrida y triste. Afligida de una y tantas veces. Para colmo hacía frío.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Y yo caí en enamorada de la moda juvenil...

Empecemos por sincerarnos, yo cada vez que veía a mis hermanas arreglarse para la fiesta del instituto pensaba para mí: ¡vaya par de horteras!
Por supuesto, mi inexperiencia y juventud no entendía como podían ir con esas enormes hombreras, aquellos cardados peluqueriles y peor aún, esa bisutería que todo lo que tenía de sobredimensionada, lo poseía a su vez de dorado, perlados, colores y brillos fastuosos.






Con el paso del tiempo, y a juzgar por la tendencia, empezaron a seducirme los bolsos acolchados, las cadenas en ellos, las perlas falsas que además se notan que son falsas y demás detalles faranduleros. Y sí, por mucho que utilice el eufemismo "hombros estructurados", he de decir que me gustan las hombreras. Que soy una de tantas adeptas a las últimas colecciones de Balmain, que incluso porto estilismos de parecida guisa y mejor aún, que estoy dispuesta a llevas hombreras (revisadas por supuesto!!!) y maxijoyas rescatadas del baúl de los recuerdos.






Y es que mi hermana Eva ha sido siempre una visionaria en esto del look ochentero, agradecida he de estarle por haber guardado cada uno de esos detalles, a excepción de aquel bolsos con cadenas y tachuelas del que renegué más de tres veces y que ahora estaría encantada de lucir.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...